miércoles, 16 de mayo de 2012

¿Quién es responsable de motivar a los alumnos y alumnas?

Aunque en la tarea de motivar al alumnado tienen un papel fundamental tanto los profesores y profesoras en la escuela como las familias en el hogar, en esta entrada voy a centrarme en la motivación en el ámbito familiar.


La motivación escolar más eficaz en los hijos e 
hijas debe tener carácter permanente, es decir, 
no vale motivarles porque la actividad les resulte atractiva o porque el profesor o la profesora es extraordinario o extraordinaria, sino que también se debe mantener la motivación ante circunstancias que sean menos favorables. Hay que reforzar la idea de que deben realizar las tareas porque es algo que pueden hacer y, además, les produce un sentimiento de competencia y seguridad y no que la realización de  la tarea dependa exclusivamente de recompensas externas. La familia debe ser modelo en su vida cotidiana para influir adecuadamente en sus hijos/as.


Los padres tienen la oportunidad de guiar a sus hijos hacia una actitud de motivación y prepararles para que se interesen y disfruten con el aprendizaje, pues en la familia es donde empieza la educación de los niños y niñas.

Los padres que muestran interés y entusiasmo por sus tareas o su trabajo y manifiestan su curiosidad por adquirir nuevos conocimientos trasmiten a sus hijos esta actitud de forma natural. 
También pueden influir en la motivación de sus hijos e hijas con la forma en que les ayudan con los deberes, si se adaptan a sus capacidades y se va añadiendo dificulta a medida que adquiere nuevos conocimientos estarán más motivados. 

A continuación os dejo un enlace donde encontramos 7 maneras de motivar a los niños y niñas a rendir mejor en la escuela. http://www.uisd.net/wp-content/uploads/2009/10/7-maneras-probadas-de-motivar-a-los-ninos-a-rendir-mejor-en-la-escuela.pdf
Las maneras que se proponen para motivar son las siguientes:

1. Tener expectativas adecuadas.
Hay que confiar en que los hijos e hijas tendrán éxito en el colegio, pues esto es percibido por ellos y llegarán a confiar en ellos mismo, por lo que es más probable que triunfen. Si piensan lo contrario, esa desconfianza se la transmitirán.

2. Ayude a su hijo a fijarse metas.


A los niños y niñas les ayuda escribir sus mentas y tenerlas en un lugar visible para recordar lo que tienen que hacer. 
Además, les facilitaría saber qué pasos tienen que seguir para  llegar a su objetivo.








3. Encuentre maneras de mostrarle a los alumnos que la escuela es importante.
Hablar con su hijo o hija cosas positiva de la escuela, de los maestros y maestras, de los temas de la asignaturas, de los deberes... Si planteamos el diálogo de forma positiva ayudará  a la motivación de los niños y niñas.

4. Apoye el estilo de aprendizaje de su hijo o hija.
Ayude a buscar la forma de aprender que más natural vean sus hijos y apóyela. Pueden ser estudiantes auditivo si escuchando grabaciones le es más fácil aprenderse la lección, estudiantes visuales si prefieren leer un libro o apuntes, o estudiantes quinesiológicos, si buscan un aprendizaje más practico, como por ejemplo mediante tablas.

 
                                                      


5. Hable con un lenguaje que de ánimo.
Hay que animar a los hijos e hijas reconociendo el esfuerzo y dedicación a las tareas realizadas. Es preferible animarlos que elogiarlos pues las palabras de ánimo los llevan a evaluarse a sí mismos de manera positiva. ¡Animar a un niño o niña hace que su motivación aumente muchísimo!

6. El aprendizaje en casa y en la comunidad.
Si se hace ver a los niños y niñas que no solo se aprende estudiando para un examen, la motivación por aprender aumentará. Deben ser concientes de que también se aprende viendo películas, visitando museos,  comiendo comida de otros países,… y es una manera más divertida de adquirir conocimientos.


7. Fomente la fortaleza en su hijo o hija.
Los niños y niñas deben aprovechar sus puntos fuertes y deben intentar dar solución a sus problemas. Pero también tienen que saber que pueden equivocarse, al igual que todos los demás, y que no es nada malo, pues de los errores se aprende.
Los niños y niñas que son fuertes son más susceptibles a ser motivados.





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